¿Cuándo es necesario un Abogado penalista?

¿Qué es un Abogado penalista?

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Un abogado penalista es alguien que ha estudiado una licenciatura o grado en Derecho y que tras finalizar sus estudios se ha especializado en la rama del Derecho Penal.

¿Para qué sirve un Abogado penalista?

Un abogado penalista se encarga de asesorar a sus clientes sobre las posibles consecuencias penales de alguna conducta, así como de ejercer la defensa o la acusación ante los Tribunales de Justicia.

¿Cuándo es necesario un Abogado penalista?

1. Cuando una persona (física o empresa) cree haber sido víctima de un delito y quiere cerciorarse si los hechos son efectivamente constitutivos de delito, y si puede por tanto denunciarlos.

2. Cuando una persona haya cometido un delito y haya sido citada (o esté en vías de serlo) para prestar declaración acerca de esos mismos hechos ante la Policía o ante un Juzgado de Guardia.

3. Cuando una persona que se encuentra ya incursa en un procedimiento penal desea cambiar de Abogado en cualquier fase del mismo (instrucción, fase intermedia o fase de juicio oral).

4. Cuando una persona que ha sido víctima de un delito por el que hay un procedimiento penal en marcha, desea personarse en la causa como perjudicado/a y ejercer la acusación particular, al margen de que exista ya una acusación pública personada ejercida por el Ministerio Fiscal. También cuando quien pese a estar ya personado en la causa como acusación particular, desee cambiar de Abogado en cualquier fase del procedimiento.

5. Cuando de forma preventiva, una empresa o particular desee conocer los posibles riesgos de incurrir en delito antes de realizar cualquier conducta o actividad (negocio jurídico, transacción, etc.).

6. Cuando cualquier persona que ha sido citada para prestar declaración ante un Juzgado (sea en fase de instrucción o de juicio oral), quiera saber cómo debe actuar y qué derechos y deberes tiene en función de la condición en la que haya sido citado (testigo).

¿Dónde puedo localizar a un Abogado penalista?

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Podrá encontrarlo hablando con conocidos que hayan tenido que contratar a uno en alguna ocasión en el pasado y hayan quedado satisfechos con sus servicios (lo que popularmente se conoce como boca oreja), buscando en directorios profesionales, contactando con el Colegio de Abogados de su ciudad o bien a través de Internet.

¿Cómo puedo saber qué Abogado penalista es el que más me conviene?

Compare entre varios Abogados, pero asegúrese que lo hace entre Abogados con dedicación exclusiva (o al menos preferente) al Derecho Penal. Podrá saberlo revisando su formación, si es especializada o no, si ha cursado postgrados, másteres, cursos de especialización sólo en materia penal y procesal penal, si ha intervenido en casos relevantes o de alto perfil, si tiene publicaciones en la materia, etc.

Y tras ello, es recomendable mantener una reunión en el despacho del Abogado para conocerlo en persona, solicitarle una primera opinión sobre su caso, valorar si le habla con sinceridad de las consecuencias a las que se puede llegar a enfrentar, o si sólo le dice lo que usted está esperando escuchar. A partir de aquí, decida qué Abogado le ha convencido más de todos, y cuando finalmente escoja, vaya a una con él. Recuerde, sin embargo, que si no queda satisfecho en cualquier momento está en su derecho de cambiar nuevamente de Abogado penalista.

En todo caso, es recomendable una cierta estabilidad y no cambiar más de dos o excepcionalmente de tres veces de Abogado (salvo que hubiera tenido muy mala suerte o se susciten discrepancias insalvables con los sucesivos Abogados que haya tenido), para optar por una línea de defensa determinada e ir hasta el final con ella.

¿Qué materias debe dominar un buen Abogado penalista?

Un buen abogado penalista, además de tener una formación especializada, deberá dominar lógicamente el Derecho Penal (rama del derecho que trata sobre los delitos y sus consecuencias jurídicas), pero también el Derecho Procesal Penal (la rama del derecho que regula el itinerario que resulta necesario seguir hasta conseguir que el Derecho Penal pueda llegar a ser aplicado a una determinada conducta, o no). Aunque un buen Abogado deberá dominar por igual ambas materias del derecho, en un muy buen dominio del Derecho procesal y de sus matices suele descansar el éxito de un caso penal.

Y, por último, es altamente recomendable que su Abogado penalista cuente con un buen dominio sobre los derechos fundamentales que recoge nuestra Constitución y sus posibles vulneraciones durante el proceso, ya que la obtención de pruebas con vulneración de tales derechos puede llegar a acarrear la nulidad total o parcial del procedimiento, que si es insubsanable, conducirá a que se dicte una sentencia absolutoria con todos los pronunciamientos favorables para el acusado. De ahí la importancia de contratar a un Abogado penalista que, además de las materias que le son propias, tengo un adecuado dominio de esta disciplina.

Finalmente, no está de más que su Abogado disponga de conocimientos genéricos de otras ramas del derecho, y de algunos de ramas auxiliares que en determinado momento pueden resultar muy valiosas (psicología del testimonio, criminalística, etc.).

¿Qué debo esperar de mi Abogado penalista?

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Una vez se haya decidido por uno de los Abogados que ha estado comparando, es de esperar (y en realidad tendrá derecho a reclamárselo a su Abogado) que éste le mantenga informado de cualquier novedad en el proceso, y del estado y marcha del mismo. Aunque las causas penales pueden llegar a ser muy extensas y farragosas, usted tiene derecho a reclamarle a su Abogado que le haga llegar copia de los hitos procesales más relevantes (actas de declaraciones de investigados y testigos, pruebas periciales, escritos de acusación y defensa, etc.). Y lógicamente también tiene usted derecho a reclamar copia de los escritos que su Abogado presente en defensa de sus intereses (escritos solicitando la práctica de diligencias de investigación, escritos de acusación o defensa, y recursos contra cualquier resolución judicial o sentencia perjudicial para sus intereses).

A pesar de todo lo dicho, es conveniente tener una cierta paciencia porque aunque su Abogado esté llevando a cabo el encargo profesional de forma impecable, es frecuente que muchos Juzgados, que soportan una enorme carga de trabajo, tarden bastante tiempo en dar respuesta a las peticiones de las partes. Tampoco es extraño que cuando un Abogado se persona en defensa de los intereses de un cliente, el Juzgado pueda tardar muchas semanas en proveer su personación (es decir, en considerarlo Abogado de su cliente) y a raíz de ello, facilitarle el acceso al expediente judicial para poder obtener copia del mismo y empezar a preparar el caso.

Del mismo modo, es de esperar que su Abogado penalista esté siempre disponible para usted cuando desee hablar con él para aclarar cualquier duda o pregunta sobre el estado del proceso, ya sea concertando una visita con él (aunque esto es recomendable al principio para conocer a su Abogado, poco después para comentar el asunto una vez su nuevo Abogado haya conseguido copia del expediente y se lo haya estudiado, y para preparar su declaración y el juicio oral), aunque para consultas genéricas y puntuales, el correo electrónico, una llamada telefónica o un mensaje de WhatsApp pueden ser suficientes.

¿Cuándo cambiar de Abogado penalista?

Cualquier persona es libre de cambiar de Abogado penalista en cualquier momento. Los motivos que suelen llevar a alguien a cambiar de Abogado pueden ser económicos, por pérdida de confianza en su Abogado, por discrepancias en la línea de defensa, por falta de información por parte de su Abogado penal sobre el estado del procedimiento, etc.

Los momentos en que suelen producirse cambios de Abogado suelen ser durante la llamada fase intermedia, una vez finalizada la fase de instrucción momento en el que un investigado recibe copia del escrito de acusación del Fiscal, o en cualquier momento de la fase de instrucción cuando es frecuente que a uno le invada la sensación de que el procedimiento se encuentra en un “stand-by” y no avanza, o antes de la celebración del juicio oral, o tras el dictado de una sentencia desfavorable para que un Abogado penalista distinto se encargue de la interposición de recurso contra la misma.

Como se ha dicho, cualquier persona es libre de cambiar de Abogado penalista cuando así lo decida, sin embargo, es recomendable no dejarlo a última hora o hacerlo con muy escaso margen para poder preparar la nueva estrategia a seguir. Para preparar un juicio oral con las debidas garantías, es recomendable contar al menos con una semana de antelación o incluso más (en función de la complejidad del caso). Algo parecido sucede con la realización de un escrito de recurso contra una sentencia condenatoria (en caso de ejercer la defensa del acusado) o absolutoria (en caso de ejercer la acusación particular), que precisará de cierto tiempo para recabar la venia del anterior Abogado, comunicar el cambio de Abogado al Juzgado, obtener copia del expediente, estudiárselo a fondo, revisar la grabación del juicio oral y redactar el escrito de recurso.

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De modo que es recomendable que si alguien alberga dudas sobre si continuar, o no, con su actual Abogado, valore lo antes posible dos o tres opciones y una vez se haya decantado por alguna de ellas, realice el cambio de dirección letrada sin demoras para que su nuevo Abogado penal pueda preparar con garantías de éxito la actuación profesional que usted tenga pensado encomendarle.

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